Por. Rafael Santiago Medina
La situación se complica en la región de Donbass ―al Este de Ucrania― y aumenta la tensión del conflicto con Rusia. Con posterioridad al anuncio hecho por el presidente de la autoproclamada República Popular de Donetsk (RPD), Denis Pushilin, sobre la evacuación masiva a Rusia de la población de ese territorio ucraniano de etnia rusa ante un inminente ataque de Ucrania, el líder de la autoproclamada, a su vez, República Popular de Lugansk, Leonid Pásechnik, instó también a los ciudadanos de este otro territorio ―de mayoría igualmente rusa― a evacuar por el mismo temor a un ataque.
Pásechnik encomendó a los oficiales “garantizar la evacuación organizada de las instalaciones sociales y ayudar a la población a ser transportada a los puestos de control fronterizos”.
“Para evitar víctimas civiles, exhorto a los residentes […] que partan para el territorio de la Federación Rusa lo antes posible”, aseveró.
Las denuncias de Pásechnik son en el sentido de que Ucrania “planea no solo llevar a cabo provocaciones en la línea de contacto, sino también organizar un avance profundo en el territorio” de la República de Lugansk.
Las acusaciones de Pásechnik fueron desmentidas por el ministro de Exteriores de Ucrania, Dmitri Kuleba, quien declaró que su país “no está cometiendo ni planeando” ninguna acción ofensiva en Donbass.
Ayer, jueves, fuertes bombardeos se reportaron en la zona de conflicto. Según los informes, militares controlados por Kiev dispararon contra varios pueblos y aldeas de la región con morteros, lanzagranadas y fusiles.
Por su parte, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, afirmó este viernes que ahora se observa “una escalada en Donbass” e instó a Kiev a “sentarse a la mesa de negociaciones” para resolver el conflicto.
A su vez, los observadores de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa registraron este miércoles en Donbass 591 violaciones del alto al fuego, incluidas 316 explosiones, una cifra significativamente más alta que en los días anteriores.