Desde una mesa de trabajo iluminada por colores vivos y recuerdos aún más intensos, la comunicadora Natalis Colón, traza con lápiz el contorno de una máscara de vejigante. No es un simple dibujo: es el inicio de un relato cultural que terminará envolviendo un regalo en Orlando, Brooklyn o Ponce. Así nace el corazón de Boricua Pop Culture, un proyecto que, desde la diáspora, ha transformado el acto cotidiano de envolver un obsequio en una declaración de identidad.
La chispa surgió hace nueve años, lejos de la isla, cuando Colón se preguntó qué producto podía añadir “chispa” a la puertorriqueñidad —algo que celebrara, educara y acompañara. “Quería que el momento de regalar fuera un gesto de amor… y de orgullo de lo que somos”, recuerda. De esa reflexión, casi como un sueño, emergió la idea de convertir el papel de regalo en un lienzo cultural.
Un negocio que nace de vivencias boricuas
Criada entre las tradiciones ponceñas, los carnavales y las navidades largas, Colón encontró en esas memorias su materia prima creativa. “Los diseños nacen de nuestras vivencias: fiestas, música, familia, íconos populares”, explica. Esa autenticidad es el eje del proyecto. Cada patrón, ya sea un vejigante, amapolas o una postal navideña boricua, es más que estética: es identidad.
Su nicho pudo haber sido cualquier objeto cultural, pero escogió el papel de regalo porque “interviene un detalle cotidiano que pocas veces consideramos”. Envolver se convierte así en un gesto simbólico: un regalo dentro de otro regalo.
Del boceto a la mesa del cliente
El proceso creativo es tan meticuloso como íntimo. Comienza con investigación, sigue con bocetos, luego ilustraciones digitales y pruebas de impresión hasta lograr el color y el papel perfectos. Natalis trabaja las ilustraciones y colabora con diseñadores locales para pulir cada detalle. El resultado es un producto sólido, vibrante y resistente —pensado para que el diseño luzca tanto como el obsequio.
La sostenibilidad también es parte de la ecuación. Boricua Pop Culture utiliza papel de buen gramaje, con opciones certificadas o recicladas, buscando que el amor por la cultura no vaya desligado del cuidado ambiental.
Emprender desde cero (y desde la diáspora)
El mayor reto, admite, fue comenzar con recursos limitados. Lograr tiradas pequeñas sin sacrificar calidad fue un rompecabezas financiero y logístico. Pero la estrategia funcionó: poco a poco entraron a tiendas locales, incluyendo la librería El Candil en Ponce, mientras la diáspora reclamaba sus diseños desde Nueva York, Orlando, Washington, Miami y Tampa.
La respuesta ha sido emocionante. “Nos escriben para decir que el papel les recuerda a su infancia, o que lo compraron para enseñarle a un nieto en Estados Unidos cómo se ven nuestras tradiciones”, relata. Esos mensajes son gasolina creativa.
Calidad, control y una experiencia cálida
Cada rollo pasa por pruebas de color, textura y empaques protectores. La experiencia online también es cuidada: fotos reales, sets combinables y atención personalizada. No es solo comprar papel; es comprar una historia.
Para crecer, Boricua Pop Culture ha adoptado estrategias clave, como el envío gratis a Puerto Rico y Estados Unidos con compras de $70 o más —una decisión calculada para incentivar compras mayores sin perder sostenibilidad financiera. La promoción actual culmina el 30 de noviembre.
Mirando al futuro: colecciones, colaboraciones y expansión
El equipo ya trabaja en nuevas colecciones para navidad, bodas y público infantil, así como colaboraciones con artistas locales e ilustradores. También contemplan bolsas de regalo y cintas para ofrecer un ecosistema completo de detalles con identidad caribeña. Su meta para los próximos años: estar en más tiendas de la isla y entrar a puntos de venta selectos en Estados Unidos.
Pero crecer trae sus retos: escalar producción sin perder calidad, competir con productos importados y mantener costos de envío manejables. Aun así, Colón mantiene el norte claro: crecer sin dejar atrás la esencia artesanal.
Una misión cultural
Para la graduada de la Universidad del Sagrado Corazón, cada diseño es una oportunidad para elevar símbolos locales a un contexto moderno. “Aplicar la cultura a objetos cotidianos la hace parte de la vida diaria”, afirma. Y ese es, quizás, el impacto más profundo del proyecto: sembrar memoria en lugares inesperados.
Cuando se le pregunta qué desea que la gente sienta al ver un regalo envuelto con Boricua Pop Culture, la respuesta llega sin titubeos:
“Que no es solo papel: es una historia, un recuerdo y un abrazo cultural.”
Y así, desde un pequeño taller lleno de colores en Juana Díaz —y desde cualquier ciudad donde late la diáspora— Natalis Colón sigue envolviendo regalos, sí, pero también envolviendo a Puerto Rico entero en nostalgia, orgullo y celebración. Para más información puede accesar a https://www.boricuapopculture.com o en Instagram, @boricuapopculture.
