“La Oficina de Ética Gubernamental decidió multarme por alegaciones que no están sostenidas por la evidencia presentada ante el Oficial Examinador y mucho menos tienen base legal. Niego rotundamente que me apartara de una conducta ética y correcta en el caso de marras.
En primer término, dejo claro que nadie, absolutamente nadie, está por encima de la ley y nos corresponde a todos los servidores públicos el fiel cumplimiento con nuestro ordenamiento reglamentario y legal. No reclamo privilegios para mí, pero tampoco acepto abusos en mi contra.
Precisamente, por estar convencido de que no actué contrario a la ética, apelaré la decisión de OEG por ser contraria a derecho y no estar sostenida por la evidencia.
Las revocaciones constantes, frecuentes y bochornosas de las decisiones de la OEG, al parecer no han sido suficientes. Mientras la apelación (revisión) sigue su curso, continúo trabajando arduamente por el pueblo que me eligió para servirles desde el Senado.
No realizaré más expresiones sobre este tema, dado a que está en curso un procedimiento legal por el cual debemos aguardar”.
