En el corazón de la zona colonial de Santo Domingo, el restaurante Maraca se ha consolidado como un espacio donde la gastronomía contemporánea dialoga con la creatividad arquitectónica. Más que un lugar para comer, Maraca es una experiencia sensorial que inicia desde su estructura artística, diseñada por Deco Ramón Emilio Jiménez.
La propuesta del restaurante apuesta por un recorrido culinario que mezcla lo local con influencias internacionales, sin perder el carácter dominicano. La velada comenzó con una crocante berenjena acompañada de salsa enchilada, almendras y un delicado toque de salsa verde, un plato que juega con texturas y frescura. Le sigue un bocado de inspiración asiática: dumplings de cerdo al vapor, rellenos de carne local y realzados con salsa hoisin, almendras y puerro, un balance entre lo tradicional y lo moderno.
En los platos principales, Maraca logra sorprender con su fuerza creativa. Destacan los raviolis rellenos de short rib, un ejemplo de cómo la cocina clásica italiana puede reinterpretarse con carácter caribeño. Junto a ellos, el arroz frito con chicharrón de cerdo ahumado se convierte en un homenaje al sabor local, elevando un ingrediente icónico de la cocina dominicana a la alta gastronomía.
La experiencia culminó con una variedad de postres que resaltan la riqueza del producto nacional y la nostalgia de los sabores dulces. El coco maraca ofrece frescura tropical, mientras que los fondants de dulce de leche y de chocolate dominicano despiertan emociones intensas con su centro cremoso y envolvente.
Pero Maraca no solo se disfruta en el paladar. La impronta del arquitecto y artista Deco Ramón Emilio Jiménez otorga al espacio una identidad singular: un diseño que combina modernidad y esencia histórica, integrando materiales, formas y detalles que hacen del restaurante un punto de encuentro entre el arte y la gastronomía.
Visitar Maraca en la Zona Colonial es entrar en un universo donde cada plato, cada rincón y cada textura cuentan una historia. Es un restaurante que celebra tanto al comensal como al creador, con una propuesta que reafirma a Santo Domingo como una capital culinaria y cultural de gran relevancia en el Caribe.