Durante el año 2021 más de tres mil personas fallecieron o desaparecieron en su intento de llegar a Europa mediante las rutas del Mediterráneo central y occidental y del Atlántico, según indica un nuevo informe de la agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur), que pide apoyo urgente para evitar más muertes.
La portavoz del organismo, Shabia Mantoo, desglosó en 1,924 el número de fallecidos o desaparecidos en ambos trayectos del Mediterráneo, mientras 1,153 perecieron o sucumbieron en la ruta marítima del noroeste de África hacia las Islas Canarias, en España.
La funcionaria explicó en Ginebra que la cifra de víctimas registrada el año pasado es muy superior a la de 2020, cuando se contabilizaron 1,776 en las tres rutas marítimas. Al mismo tiempo, advirtió que ya han desaparecido o muerto 4,787 personas desde el inicio de este año.
Embarcaciones deplorables
“La mayor parte de las travesías marítimas se realizaron en embarcaciones inflables repletas y no aptas para la navegación, muchas de las cuales volcaron o se desinflaron provocando la pérdida de vidas. La travesía por mar desde estados costeros de África Occidental, como Senegal y Mauritania, hasta las Canarias es larga y peligrosa y puede durar hasta 10 días”, declaró Mantoo.
A estas elevadas cifras, la vocera añadió que es posible que un número aún mayor haya fallecido durante viajes a través del desierto del Sahara y de zonas fronterizas remotas, en centros de detención o durante el cautiverio de contrabandistas o traficantes.
Mantoo también explicó que las personas que viajan por estas rutas se enfrentan a una larga lista de abusos: ejecuciones extrajudiciales, detenciones ilegales y arbitrarias, violencia sexual y de género, trabajos forzados, esclavitud, matrimonios forzados y otras graves violaciones de los derechos humanos.
Además, la pandemia de Covid-19 y los correspondientes cierres fronterizos afectaron los desplazamientos hacia el norte de África y los países costeros europeos, y muchos refugiados y migrantes contrataron a contrabandistas para facilitar estos peligrosos viajes.
A este cúmulo de factores peligrosos, se añaden otros como la inestabilidad política y los conflictos, el deterioro de las condiciones socioeconómicas y el impacto del cambio climático que pueden aumentar los desplazamientos y los traslados peligrosos.
Ayuda para 25 países afectados
Coincidiendo con el lanzamiento de una actualización de su Estrategia Actualizada de Reducción de Riesgos 2022-2023 y el llamamiento para el año en curso para la protección de los refugiados en viajes peligrosos de las rutas hacia Europa a través del Mediterráneo y del Atlántico, la Acnur solicita 163,5 millones de dólares para asistir y proteger a miles de refugiados y otras personas.
La llamada comprende a unos 25 países de cuatro regiones diferentes conectados por las mismas rutas terrestres y marítimas usadas por los migrantes, solicitantes de asilo y refugiados. Entre ellos se encuentran las naciones de origen, de salida, de asilo, de tránsito y de destino.
El organismo también insta a los Estados a comprometerse a reforzar las acciones humanitarias y las relacionadas con el desarrollo y la paz para responder a los retos de protección y búsqueda de soluciones.
Asimismo, llama a los Estados africanos y europeos implicados a mejorar sus marcos jurídicos y las capacidades operativas en las fronteras terrestres y marítimas, y en los centros urbanos, y que garanticen alternativas creíbles a los viajes.
“Los Estados deben garantizar un acceso humanitario sin trabas, que permita la prestación de servicios esenciales a las personas que se encuentran en movimiento o varadas en ruta, interceptadas en el mar o retenidas en centros de detención, y determinar si tienen necesidades de protección internacional”, detalló Mantoo.
En caso contrario, señaló que los refugiados, los solicitantes de asilo, los desplazados internos y otras personas seguirán desplazándose en viajes peligrosos en busca de seguridad y protección.