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En un ambiente cargado de devoción, recogimiento y profunda espiritualidad, el pueblo de Naguabo se unió para vivir uno de los actos más solemnes de la Semana Santa: el tradicional Vía Crucis. La actividad, organizada por la iglesia Nuestra Señora del Rosario, reunió a cientos de naguabeños y visitantes que, con gran respeto y fervor, recorrieron las principales calles del centro urbano acompañando a Jesucristo en su doloroso camino hacia la cruz.
Jóvenes de la Pastoral Juvenil, junto a miembros de la comunidad parroquial, asumieron con compromiso y entrega la representación de las estaciones de la vía dolorosa. Cada escena fue interpretada con una fuerza conmovedora, llevando a los presentes a revivir los momentos de sufrimiento, traición y sacrificio que marcaron la pasión de Cristo.
Uno de los instantes más impactantes se vivió durante la representación de las tres caídas de Jesucristo, donde el silencio y las lágrimas de los feligreses acompañaron simbólicamente el peso del dolor y la redención. Con cada caída, el mensaje de esperanza y fe se hizo más fuerte, recordando a todos los presentes que, aun en medio del sufrimiento más profundo, la perseverancia y el amor divino prevalecen.
El recorrido culminó frente al templo Nuestra Señora del Rosario, donde se escenificó la crucifixión de Jesús. La solemnidad del momento, la oración comunitaria y los cantos de reflexión crearon un ambiente de profunda conexión espiritual, renovando el compromiso de la comunidad con su fe cristiana.
Eventos como este Vía Crucis reafirman que Naguabo es un pueblo que mantiene viva su fe y que, a través de la tradición y la participación de sus jóvenes, continúa transmitiendo los valores de amor, sacrificio y esperanza a las nuevas generaciones.
En tiempos de retos y cambios, Naguabo demuestra que la fe sigue siendo su ancla y su luz, recordando que en la cruz de Cristo se encuentra la promesa de una vida nueva.