Las lesiones cerebrales traumáticas son un problema de salud pública mundial que afecta a 55 millones de personas en el mundo. Sin embargo, cuando las lesiones son entre leves a moderadas, su diagnóstico y atención puede resultar tardío. Ante esta realidad, los investigadores Lisandro Cunci Pérez y Yolimar Vázquez Serrano –del Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico (UPRRP)– asumieron el reto de crear un sensor para astronautas con el propósito de detectar y monitorear estas lesiones cerebrales durante sus entrenamientos y misiones espaciales.
A través de una subvención de $300,000 otorgada por el programa “Mentoría y oportunidades en STEM con instituciones académicas para el éxito de la comunidad” -MOSAICS- de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA, por sus siglas en inglés), los investigadores podrán trabajar durante dos años en este proyecto que representa un recurso crucial tanto para astronautas como para otros profesionales.
Cunci Pérez –investigador principal del proyecto– estableció que el diagnóstico tardío de lesiones cerebrales entre leves a moderadas puede generar graves consecuencias, incluyendo la muerte. Por tanto, la creación de un sensor no invasivo puede facilitar la detección y el tratamiento de las lesiones de manera efectiva. “NASA está muy interesada porque este tipo de sensores apoyan los viajes al espacio de larga duración, ya que todo estudio invasivo puede causar infección, algo que se quiere evitar completamente estando tan lejos de la Tierra”, explicó Cunci Pérez, profesor del Departamento de Química en la Facultad de Ciencias Naturales (FCN) en la UPRRP.
El proyecto consiste en la creación de un sensor en forma de parche o curita que se colocará en la piel de los astronautas para medir la segregación de proteínas en el sudor. De manera específica, el sensor identificará la presencia de la proteína ácida fibrilar glial (GFAP, por sus siglas en inglés) que se libera entre los minutos y horas subsiguientes a una lesión cerebral traumática. Al identificar la GFAP, el sensor enviará una notificación a las oficinas centrales de la NASA y a los astronautas cercanos de la persona afectada con el propósito de atender la lesión con prontitud.
La iniciativa del proyecto surgió por parte de la estudiante graduada Yolimar Vázquez Serrano, quien cursa su tercer año doctoral en Química en el Recinto de Río Piedras de la UPR. La alumna explicó que –durante su adolescencia– realizó varias visitas al Hospital de Veteranos y adquirió un interés por buscar alternativas de tratamiento que ofrecieran una mejor calidad de vida a los militares con alguna lesión cerebral.
Por lo cual, tras ingresar a su bachillerato, inició la colaboración con el profesor Cunci Pérez que ha evolucionado hasta la creación de este proyecto subvencionado por la NASA. “Con la ayuda del doctor Lisandro Cunci he podido crear este sensor y llevar mi conocimiento para ayudar a los veteranos, a los astronautas y a las personas de alto riesgo que puedan sufrir de estas lesiones en el cerebro”, reflexionó Vázquez Serrano, investigadora encargada del desarrollo del sensor bajo la mentoría del docente.
En la actualidad, los científicos se encuentran realizando pruebas utilizando unas tintas que les permiten identificar si el sensor reconoce las moléculas deseadas. De esta forma, se establecen diversas correcciones, mientras se comienzan otras etapas del proyecto. “Con esas modificaciones hemos podido comprobar nuestro sensor preliminarmente en muestras de sudor artificial y sudor real. Hasta el momento, los resultados han sido bastante prometedores”, puntualizó Vázquez Serrano.
Durante el transcurso del proyecto, el equipo de trabajo se complementará por la doctora Jessica Koehne, de NASA, y un estudiante subgraduado del Recinto de Río Piedras de la UPR que aún no ha sido seleccionado. Por otro lado, la investigación se efectúa tanto en el campus riopedrense como en el Centro de Investigación Ames de la NASA en Silicon Valley, California. Por lo cual, los alumnos viajarán a California una vez al año para continuar la investigación y utilizar las facilidades de la NASA durante dos a seis meses.
“Todo lo que hacemos los profesores es para traerles más oportunidades a nuestros estudiantes que son quienes pasan día a día obteniendo resultados y avanzando la ciencia”, sostuvo el doctor Cunci Pérez. Según especificó, estas oportunidades permiten motivar a los estudiantes y “darles a conocer que se puede hacer ciencia en Puerto Rico y que colaborar con los laboratorios nacionales en Estados Unidos complementa nuestra ciencia”.
Por su parte, la rectora del Recinto de Río Piedras de la UPR destacó que “la colaboración entre nuestra institución y la NASA demuestra el compromiso con la investigación científica y su impacto a nivel global, desarrollando tecnologías e innovando para impactar positivamente -en este caso- en áreas como la salud. A la vez brindamos un espacio para que nuestros estudiantes participen en investigaciones de vanguardia que aportarán a soluciones reales. Este proyecto es muestra de las grandes contribuciones que la Universidad de Puerto Rico y su Recinto de Río Piedras realizan al país y al mundo entero”.