La gran cantidad de derrumbes causados por la intensa lluvia que dejó el huracán Fiona en su paso por Puerto Rico el pasado septiembre, provocó que cobrara notoriedad nacional el proyecto SLIDES PR, una investigación liderada por el doctor Stephen Hughes, catedrático del Departamento de Geología del Recinto Universitario de Mayagüez (RUM). Uno de los principales componentes de esta plataforma consta de una red de 12 estaciones de monitoreo alrededor de la isla para medir en tiempo real las condiciones del suelo y la precipitación, con el fin de predecir o tener una idea más certera de cuándo podría ocurrir un deslizamiento. Precisamente, esta valiosa información sirvió para alertar a una comunidad y salvaguardar la vida de una familia del sector Cubuy en el barrio Río Blanco de Naguabo.
“Ese es el propósito del proyecto, educar, proveer herramientas que informen al público y a las agencias para así tomar decisiones. Si esas personas decidieron salir de su casa, esa determinación fue la que salvó sus vidas. En ese sistema hemos trabajado mucho y es bueno confirmar que es útil y reconocido, aunque todavía no está pulido, no es final, ni operacional, pero que, en algún momento, se convertirá en una importante herramienta que podamos utilizar durante un evento como Fiona o en la temporada de lluvia que pasamos todos los años”, aseveró el doctor Hughes.
El investigador explicó que la red de pronóstico de derrumbes se conformó tras la firma de un acuerdo entre el Departamento de Geología del recinto mayagüezano de la Universidad de Puerto Rico (UPR) y el Landslide Hazards Program del Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS), con el objetivo de estudiar y entender mejor el fenómeno de los deslizamientos en la isla y brindar información valiosa a la ciudadanía. Las estaciones, que se instalaron entre el 2018 y 2021, están ubicadas en la zona montañosa vulnerable de la isla y cuentan con un módem que les permite conectarse a un programa que los investigadores utilizan para analizar los datos.
En el caso de la estación de Naguabo, el día que pasó el huracán Fiona por Puerto Rico, el doctor Hughes se percató que los sensores arrojaron información favorable para derrumbes en esa zona, por lo que alertó al líder comunitario Jimmy Piña sobre el peligro.
“Accedí a la computadora de manera remota ese domingo y como a la 1:30 p.m., vi una reacción en los datos fuera de lo normal, todo iba subiendo de manera aumentada. Le envié el mensaje a Jimmy y él utilizó esa información para advertir a los vecinos del peligro y sugerirles que era buena idea que se movieran, ya que podían ocurrir derrumbes, que de por sí son frecuentes en esa zona. Los residentes de esa casa en particular se movieron del sitio y, en algún momento después, se desprendió el terreno sobre la propiedad”, recordó.
Según detalló el geólogo, existen varios tipos de deslizamientos como caída de rocas, flujo de escombros, derrumbes y avalanchas, pero los más comunes en Puerto Rico, son superficiales y no llegan hasta la profundidad en las rocas.
“Cada estación cuenta con varios sensores que colocamos en distintos niveles, unos más hacia la superficie y otros más profundos. Usamos los sensores para medir el contenido volumétrico del agua, la presión dentro del suelo y el nivel del agua subterránea. En los eventos de lluvia más intensos, ese nivel de agua sube, entra en el suelo y añade peso, por lo que se aumenta la métrica que puede generar que se mueva o deslice”, detalló.
Adelantó que aparte de las estaciones ubicadas en Adjuntas, Barranquitas, Cayey, Ciales, Lares, Maricao, Maunabo, Naguabo, San Lorenzo y en el Bosque Estatal de Toro Negro, en el límite de Ponce y Jayuya, esperan ampliar el número a unas 20 y seguir trabajando en la red para que alcance, eventualmente, un nivel operacional adecuado que permita la colaboración con otras agencias como el Servicio Nacional de Meteorología y que replique modelos como el de la Red Sísmica de Puerto Rico con componentes de educación, investigación y monitoreo.
“Yo visualizo que este grupo investigativo continuará fortaleciéndose y creciendo. Es necesario seguir buscando fondos externos, aumentar las colaboraciones con personas y entidades dentro y fuera de Puerto Rico, propiciar acuerdos con agencias, y reforzar el alcance educativo a través de charlas y otras instancias para involucrar a todas las personas interesadas, todos son bienvenidos”, puntualizó.
El proyecto Storm-induced Landslide Impact Dynamics on Environment and Society in Puerto Rico o SLIDES PR, coordinado por el doctor Hughes, comenzó después del paso del huracán María en 2017. Tras un año y medio de trabajo, el grupo investigativo utilizó datos geoespaciales e imágenes aéreas de alta resolución para desarrollar un inventario que recoge más de 70 mil lugares donde se registraron derrumbes, luego de ese fenómeno atmosférico. Ese catálogo sirvió para publicar un mapa de susceptibilidad de derrumbes provocados por la lluvia en todo Puerto Rico, que está disponible en su página oficial, para beneficio del público en general. Igualmente, cuenta con una guía impresa y digital sobre deslizamientos de tierra para residentes de la isla. En esta iniciativa, colaboran estudiantes del Departamento de Geología del RUM, tanto de nivel subgraduado como graduado.
“Nos sentimos sumamente orgullosos del proyecto que el doctor Hughes ha logrado con su equipo de trabajo y que ha trascendido con un impacto comunitario tan positivo, como es la posibilidad de salvar vidas y propiedad en el país. Precisamente, ese es uno de los propósitos fundamentales de la Universidad, brindar servicio desde el conocimiento y el saber, en este caso de las disciplinas científicas, para beneficio de la sociedad. Enhorabuena por este excelente esfuerzo”, dijo el rector del RUM, doctor Agustín Rullán Toro.