El Tribunal Supremo aprobó hoy el Libro de Instrucciones al Jurado, herramienta que actualiza y uniforma las instrucciones que jueces imparten a los miembros del jurado para juicios criminales que se ventilan en los Tribunales de Primera Instancia.
Con su aprobación, el Supremo da paso a la construcción de instrucciones acopladas al derecho vigente, en un lenguaje claro, preciso y accesible a toda persona que forme parte del jurado en los procedimientos judiciales de naturaleza penal.
El Libro comprende 301 instrucciones al jurado que se dividen en 26 capítulos ordenados en atención a la corriente ordinaria procesal en un juicio criminal.
Las instrucciones abarcan el orden del juicio, la función del jurado, los principios probatorios, los delitos y sus elementos, las defensas y las instrucciones de clausura relacionadas con la deliberación y emisión del veredicto, entre otros temas.
La gran mayoría de las instrucciones vienen acompañadas de comentarios que aclaran su contexto, así como de una sección de referencia que facilita la fuente legal utilizada para articular la instrucción.
La revisión y compilación del contenido del Libro estuvo a cargo del Comité para la Revisión del Manual de Instrucciones al Jurado, con el apoyo técnico y jurídico del Secretariado de la Conferencia Judicial y Notarial, organismo adscrito al Tribunal Supremo de Puerto Rico.
El comité, compuesto por miembros de la judicatura y de la Academia, así como fiscales, exfiscales y profesionales del derecho de la práctica privada, tuvo la encomienda de actualizar la última versión del manual de instrucciones vigente, aprobado en el 2008.
Para ello, se realizó un proceso que integró el sentir de la comunidad en general, de la clase togada y del resto de los componentes del proceso judicial penal para garantizar una herramienta de trabajo para la judicatura que facilite la impartición de instrucciones uniformes, cuyo lenguaje sea accesible para las personas que en su día conformen el jurado.
El Libro de Instrucciones al Jurado constituye una herramienta de trabajo de carácter persuasivo que no menoscaba la facultad e independencia de los jueces para adaptar su contenido a las circunstancias del procedimiento criminal específico que se ventile en su sala.