“El arte nunca muere”, fueron las palabras de don Antonio Martorell, destacado grabador, pintor y dibujante puertorriqueño, luego de aceptar participar del estreno de la obra de teatro musical escolar y familiar Perdidos en el Museo, el 11 de septiembre en el Centro de Bellas Artes de Caguas.
En la función de estreno Martorell será reconocido por cientos de estudiantes y maestros de las escuelas públicas y privadas de Puerto Rico que lo identifican como “un prócer en vida”. “No me considero un prócer, sino un eterno aprendiz. Solo me gusta comunicar el aprendizaje”, manifestó.
Toño, como le llaman sus amigos y familiares, siempre ha valorado la educación en las artes como una de las herramientas más poderosas para los cambios sociales. A pesar de haber sido discípulo de grandes maestros internacionales, reconoce como fundamentales en su proceso personal de formación a los boricuas Lorenzo Homar y Rafael Tufiño. “Soy producto de la escuela pública y en mi tiempo había enseñanza de todas las artes y artesanías. Una vez fui a unas vistas públicas y hasta canté, buscando por donde entrarles a nuestros políticos que a veces se hacen los sordos y ciegos. Me escucharon con mucha atención y creo que con entusiasmo. Si algo nos proporciona la enseñanza de las artes es el desarrollo de la imaginación al rescate del poder. Tenemos que perder el miedo de crear con libertad, desde la libertad y para la libertad”, dijo.
Don Antonio es un artista plástico de renombre internacional. Nació el 8 de abril de 1939 en Santurce, Puerto Rico. Hace treinta años reside en la playa de Ponce. El año pasado fue reconocido por el presidente de los Estados Unidos de América, Joe Biden, con la Medalla Nacional de las Artes, máximo galardón para un artista.
La fundación Teatro de Barrio celebrará la vida de Martorell con el estreno de Perdidos en el Museo, pieza teatral endosada por el Departamento de Educación que realza el legado de grandes próceres puertorriqueños como Roberto Clemente, Doña Fela, Agustín Stahl y Luisa Capetillo. “El mero hecho de que haga esta obra de teatro, de que haya un grupo de artistas que se pare sobre un escenario a darle vida a estatuas que se consideran piedra o madera inerte, es estimulante”, admitió.
